Un texto
dramático es un texto escrito –o de transmisión oral- que recoge un material
lingüístico (parlamentos de un unos personajes o parlamentos y acotaciones)
destinado a una representación y, por tanto, ajustado a las convenciones
propias del teatro, lo que le otorga un carácter diferente al de los otros
textos literarios, independientemente del proceso de comunicación en que
entrará este texto.
La
estructura secuencial de un texto dramático está organizada alrededor de los
siguientes elementos:
·
Espacialidad
·
Temporalidad
·
Personaje
·
Conflicto
·
Tema
·
Trama
·
Modalidades
discursivas básicas: monólogo/diálogos y acotaciones.
·
Título
ESPACIALIDAD.
¿Dónde
se realiza la acción? Por un lado en un espacio escénico y por otro en un
espacio dramático. El primero es el espacio teatral, el escenario donde evolucionan
los actores y en el que convencionalmente tiene lugar la representación. El
segundo, es un espacio de ficción, donde el texto sitúa la acción de la obra
dramática y que el espectador reconstruye con su imaginación. Se concreta y
materializa en el espacio escénico.
A la
hora de escribir una obra teatral hay que concretar qué tipo de espacio vamos a
elegir.
TEMPORALIDAD.
Cabe
hacer la distinción entre duración y época. Dentro de la primera categoría hay
que diferenciar entre tiempo dramático y tiempo de ficción. El tiempo dramático
(o tiempo escénico) es la duración de la representación, medida en términos de
reloj. El tiempo de la ficción (o tiempo referencial) corresponde al intervalo
temporal que en la realidad duraría la acción representada, es decir, la
duración correspondiente ocurriendo en la realidad. La época hace referencia al
periodo histórico, al momento en que sucede la acción representada (Edad Media,
siglo XXI, etc.).
PERSONAJE.
Se
entiende genéricamente por personaje cada uno de los seres humanos,
sobrenaturales, simbólicos, animales, e incluso objetos, de una obra literaria.
El personaje es probablemente la noción dramática que aparece como más evidente
– sin personaje no puede haber drama-; es quien realiza la acción dramática y
viene definido por lo que hace (la tarea) y por cómo lo hace (los actos
físicos) y caracterizado por una serie de atributos (nombre, edad, rasgos
físicos, rasgos de carácter, situación y clase social, historia personal,
código de valores, relaciones con los otros personajes, etc.).
CONFLICTO.
Sin
personajes y sin conflicto no hay drama. El conflicto dramático es lo
característico de la acción. Se entiende por conflicto toda situación de
choque, desacuerdo, permanente oposición o lucha entre personas o cosas. El
conflicto dramático viene definido por el enfrentamiento de dos fuerzas
antagónicas, confrontación de dos o más personajes, visiones del mundo o
actitudes ante una misma situación. Hay conflicto cuando a un sujeto (fuerza en
pugna 1) que persigue un cierto objeto (causa o motivo general) se le opone en
su empresa otro sujeto (fuerza en pugna 2).
TRAMA.
Una
serie de sucesos ordenados de la forma más conveniente por el dramaturgo para
conseguir el efecto deseado de la acción. Lo que cuenta la historia narrada. Es
sinónimo de asunto o fábula.
TEMA.
Es la
idea o ideas centrales. Suele sintetizar la intención del autor.
MODALIDADES DISCURSIVAS BÁSICAS: PARLAMENTOS
Y ACOTACIONES
a)
Los parlamentos: trascripción de las
diferentes formas que adopta la palabra en el espectáculo teatral (diálogos,
monólogos…) dicha por las diferentes personas dramáticas.
b)
Las acotaciones: parte del texto
dramático que no constituye parlamentos. Su finalidad es transmitir información
sobre aspectos de la ficción y del discurso teatral que no tienen una presencia
en los parlamentos. Se podría considerar como la representación que se plantea
el autor (representación virtual)
Estos
dos componentes textuales suelen presentarse con diferencias de tipo gráfico
–diferente tipografía (cursiva para las acotaciones), marcas de separación con
paréntesis, guiones, etc.
Monólogo.
Todo
parlamento proferido sin estar dirigido a un personaje del que se espera una
réplica. Se trata sin duda de una forma de parlamento ligada a las convenciones
teatrales: las personas no acostumbran a a hablar en voz alta sin dirigirse a
nadie. Su destinatario es el público.
El
diálogo.
La forma
por excelencia que adopta la palabra en el teatro es el diálogo, es decir, la
de una conversación ficcional entre dos o más personas dramáticas.
El
diálogo dramático y la conversación comparten convenciones y reglas de uso y
hacen comprensible el discurso lingüístico en el teatro.
Las
acotaciones.
La
información que da el texto dramático se puede agrupar en tres grandes tipos y
da lugar a tres tipos básicos de acotaciones
a) La denominación de las personas dramáticas, que se concreta
básicamente en la acotación de identificación. Esta acotación da cuenta del
nombre que recibe cada una de las personas dramáticas y les identifica en la
acción. Esta denominación no corresponde siempre a un nombre personal
existente, sino que a veces se constituye a partir del parentesco, oficio,
cargo o simplemente un pronombre o una letra. Una acotación relacionada con la
identificación de los personajes es la lista inicial de personas dramáticas.
b) La presencia de materiales expresivos de materiales expresivos
diferentes del contenido y la forma de los parlamentos y elementos técnicos como sonidos,
música, iluminación, objetos, cambios, etc. o cuestiones relacionadas con el
espectáculo.
(Se proyecta una diapositiva: coche utilitario
accidentado en la carretera.) J. M. Benet i Jornet, Bernabéu a les fosques
(Desde un minuto antes de comenzar la representación se
oye por los altavoces de la sala música ligera, canciones en boga durante los
primeros años de la década de los sesenta.) J. L. i R. Sirera, La ciutat perduda, I
c) Información sobre la ficción. Acotaciones, con
frecuencia, dirigidas más aun lector que no propias de un texto para ser
representado: desde la localización espacial y temporal (macro espacio, siglo,
año…) hasta acotaciones sobre la interioridad de los personajes.
(La acción, en una pequeña isla de la costa mediterránea
alrededor del año1825.) R. Sirera, La caverna
Subgéneros dramáticos.
Desde la Antigüedad, las formas
dramáticas fundamentales han sido la tragedia y la comedia. A ellas se puede
añadir una forma intermedia: la tragicomedia o drama.
·
La tragedia es una obra de final
desgraciado protagonizada por personajes que luchan contra el destino y la
fatalidad sin lograr vencerlos. Un ejemplo de ello lo constituye el desenlace
de El tragaluz, de Antonio Buero Vallejo:
EL PADRE. ¡No!...
¡No!...
(Tampoco se oyen sus crispadas negaciones. En pie y tras su hijo, que sigue profiriendo palabras inaudibles, empuña las tijeras. Sus labios y su cabeza dibujan de nuevo una colérica negativa cuando descarga, con inmensa furia, el primer golpe, y vuelven a negar al segundo, al tercero [...])
VICENTE. ¡Padre!
(Tampoco se oyen sus crispadas negaciones. En pie y tras su hijo, que sigue profiriendo palabras inaudibles, empuña las tijeras. Sus labios y su cabeza dibujan de nuevo una colérica negativa cuando descarga, con inmensa furia, el primer golpe, y vuelven a negar al segundo, al tercero [...])
VICENTE. ¡Padre!
Antonio Buero Vallejo
·
La comedia es una obra de tono
amable, asunto ligero, divertido o de enredo y final feliz, que suele incluir
elementos humorísticos, tal como se puede comprobar en esta conversación
absurda incluida en una obra de Enrique Jardiel Poncela:
Eloísa está debajo de un almendro. Enrique Jardiel Poncela.
EDGARDO. ¿Le
molestan las personas nerviosas, de genio destemplado y desigual, excitadas y
un poco desequilibradas?
LEONCIO. Esa clase de personas me encanta, señor. [...]
EDGARDO. ¿Le extraña a usted que yo lleve acostado, sin levantarme, veintiún años?
LEONCIO. No, señor. Eso le pasa a casi todo el mundo.
LEONCIO. Esa clase de personas me encanta, señor. [...]
EDGARDO. ¿Le extraña a usted que yo lleve acostado, sin levantarme, veintiún años?
LEONCIO. No, señor. Eso le pasa a casi todo el mundo.
Enrique Jardiel Poncela
·
La tragicomedia o drama.
Las obras que presentan de manera conjunta características de las tragedias y
de las comedias se suelen denominar tragicomedias o dramas.
Este es el caso de la Tragicomedia
de Calisto y Melibea, más
conocida como La Celestina,
de Fernando de Rojas:
SEMPRONIO. ¿Tú no eres
cristiano?
CALISTO. ¿Yo? Melibeo soy y a Melibea adoro y en Melibea creo y a Melibea amo.
SEMPRONIO. Tú te lo dirás. Como Melibea es grande, no cabe en el corazón de mi amo, que por la boca le sale a borbollones. No es más menester. Bien sé de qué pie cojeas. Yo te sanaré.
CALISTO. Increíble cosa prometes.
SEMPRONIO. Antes fácil. Que el comienzo de la salud es conocer hombre la dolencia del enfermo.
CALISTO. ¿Yo? Melibeo soy y a Melibea adoro y en Melibea creo y a Melibea amo.
SEMPRONIO. Tú te lo dirás. Como Melibea es grande, no cabe en el corazón de mi amo, que por la boca le sale a borbollones. No es más menester. Bien sé de qué pie cojeas. Yo te sanaré.
CALISTO. Increíble cosa prometes.
SEMPRONIO. Antes fácil. Que el comienzo de la salud es conocer hombre la dolencia del enfermo.
La Celestina, de Fernando de Rojas
Junto a
estos subgéneros, que denominamos mayores, en distintas épocas se han
representado piezas dramáticas breves, casi siempre de carácter popular, que
reciben la denominación de teatro
menor. Los principales
subgéneros dentro del teatro menor son los siguientes:
·
El paso o entremés. Es una pieza breve de carácter cómico y personajes
populares que se representaba en los descansos de las comedias de los siglos
XVI y XVII. Cervantes fue un famoso autor de entremeses.
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