jueves, 3 de mayo de 2012

novela


Novela

La novela (del italiano novellanoticia) es, según la RAE, una obra literaria en prosa en la que se narra una acción
 fingida en todo o en parte y cuyo fin es causar placer estético a los lectores con la descripción o pintura de
 sucesos o lances interesantes, así como de caracteres, pasiones y costumbres. La vigesimotercera edición
 del Diccionario de la lengua española de la RAE la define de manera más general como una "obra literaria narrativa
 de cierta extensión" y como un "género literario narrativo que, con precedente en la Antigüedad grecolatina,
se desarrolla a partir de la Edad Moderna".1 La novela se distingue por su carácter abierto y su capacidad para
contener elementos diversos en un relato complejo. Este carácter abierto ofrece al autor una gran libertad para
 integrar personajes, introducir historias cruzadas o subordinadas unas a otras, presentar hechos en un orden
distinto a aquel en el que se produjeron o incluir en el relatos textos de distinta naturaleza: cartas,
 documentos administrativos, leyendas, poemas, etc.
 Todo ello da a la novela mayor complejidad que la que presentan los demás subgéneros narrativos.

Características

Las bases de una novela son las siguientes:
  • Una narrativa extensa: las novelas tienen, generalmente, entre 60,000 y 200,000 palabras, o de 300 a 1.300
Aquí radica la diferencia con el cuento. Existe una zona difusa entre cuento y novela que no es posible separar
 en forma tajante. A veces se utiliza el términonouvelle o novela corta para designar los textos que parecen
 demasiado cortos para ser novela y demasiado largos para ser cuento; pero esto no significa que haya un
 tercer género 
Hay otras diferencias entre novela y cuento: la novela aparece como una trama más complicada o intensa,
con mayor número de personajes que además están más sólidamente trazados, ambientes descritos
pormenorizadamente, etcétera.
  • En prosa, lo que la separa de los relatos ficticios extensos en forma rimada. No obstante, 
  • Eugenio Oneguin, de Aleksandr Pushkin, se considera una novela, aunque está en verso
  • Diario de una Prostituta

    Prólogo


    Camina tambaleante, carga un gran peso, su mirada no ve, esta vacía.
    La noche es muy fría y oscura o quizás solo sea su alma.
    A lo lejos ve una farmacia o droguería hacia allí dirige sus pasos, quizás encuentre algo que acabe con sus penas.
    Entra dispuesta a poner fin a sus miserias, no puede mas, ya nada tiene sentido, ya nada queda.
    Mira los estantes piensa ¿Cómo decir véndeme algo para matarme?
    Hasta morir es difícil, odia ver sangre, solo desea dormir y nunca mas despertar.
    Sus manos se pasean por los estantes, sin saber porque, lo coge, se acerca al cajero y paga.
    Se aleja aun tambaleante, pero ahora presurosa.
    Llega a la casa, cae en la silla y explota en llanto.
    Abre temblorosa el paquete y lo mira enloquecida.
    Allí esta el inicio, allí sus días a días.
    Suspira y como presa con grilletes levanta el lápiz, golpea con letras temblorosas cargadas de vida sus hojas.
    Va descargando en el Diario de quinceañera las miserias de su alma.
    Es su inicio, es su historia, la historia de una que no deseo ser Meretriz.

    I
    El Inicio

    Hoy me levante cansada, asqueada de mi misma, dispuesta a matarme.
    No se cuantas horas camine ni donde estuve, solo recuerdo estar frente a ti y comprarte como quien compra un tesoro, quizás el sueño perdido.
    Recuerdo la primera vez que tuve un diario, tenia quince años, era tan feliz entonces.
    ¡Todo me sonreía!
    Tengo que contarte mi vida, así volver mis pasos al pasado, vaciar en ti todas mis miserias y poder volver a reír con mi pasado, llorar y vomitar con mi presente. Pero así no arrastrare sola tantas culpas, hasta quizás me perdone un poco.
    Soy, dicen, hermosa, inteligente, culta, simpática, sensual, enigmática y con un hermoso cuerpo, cualidades estas necesarias para sobresalir en mi profesión, ansiaba ser la mejor, ansiaba destruir a quien me ha hecho tanto daño y ¡lo logre!
    Soy la más cara, la preferida, la mejor Dama de Compañía, así le llaman en las altas esferas sociales, soy la reina de la más antigua profesión, soy una Prostituta, o como nos llaman vulgarmente, una Puta, una zorra y otros epítetos.
    Pero no voy a adelantarme, empezare contándote un poco de mí pasado para quizás puedas entender y perdonar un poco de mi presente.
    Me llamo Elizabeth, tengo 25 años y me siento anciana. Estoy cansada y surcan mis ojos las ojeras de los tragos y el asco de mis noches.
    Nací en un hogar de una pareja joven, llenos de sueños y amor. En un pequeño pueblo.
    Mi nacimiento cambio la vida de mis padres, ella, mi madre, perdió su sueño de estudiar una carrera y el, mi padre, le fue mas difícil estudiar y trabajar. Pero todo les pareció poco, se amaban y amaban el fruto de su amor.
    Aun recuerdo mi hogar, mis padres, las risas, el amor y la felicidad de esos días.
    Pero la felicidad fue envidiada y un accidente de transito me la arrebato. Perdí a mis padres, quede huérfana.
    Su muerte cambio mi vida, mi única pariente era mi tía Camila, hermana de mi madre.
    Mi madre adoraba a su hermana y ella solo nos visitaba en navidad, recuerdo haberla visto unas 10 o 12 veces durante mi infancia. La admiraba y su vida me parecía maravillosa, siempre con ropas hermosas, buen coche y las historias más fantásticas sobre su vida, su casa y sus reuniones sociales. Mi tía había triunfado, tenia un trabajo fabuloso, ganaba bien y era feliz según decía. Mi madre solo reía y le decía que no cambiaba todo eso por lo que ya poseía Amor, mi tía reía y decía que el amor no era importante. Así era años tras años, jamás le conocimos un novio, ni hablaba de ningún amor. Mi madre ansiaba verla enamorada y mi tía entre risas prometía traer un amor la próxima vez. Además decía que ya tenia familia, ella compartid la hija de su hermana, o sea yo. Era también su hija. Esa era mi tía Camila, quien se haría cargo de mi, aun con el corazón desgarrado por la perdida de mis padres me consolaba pensando que no estaba sola, tenia a la tía Camila.

    Mi tía llego al entierro de mis padres, recuerdo sus manos en la mía, recuerdo su mirada triste y como se arranco una lagrima y con voz entrecortada me dijo:
    - Duele, lo sé, pero somos mujeres fuerte, no permitas que la lastima se apodere de ti,
    Se fuerte, no me defraudes.
    Al oír sus palabras luche contra el dolor, contra el miedo y levante la cabeza, nunca defraudaría a mi tía.
    Mis recuerdos son borrosos de esos días, solo recuerdo que mi tía se hizo cargo de todo, vendió los bienes de mis padres, recogió mis pertenencias y nos marchamos.
    - No mires atrás, Hoy empiezas una nueva vida - dijo
    Así deje atrás quince años de amor, mi hogar, mi infancia. Deje atrás unas frías tumbas, sueños y felicidad. Empezaba una nueva vida, mi tía Camila y yo seguíamos el camino al mañana, atrás se cerraba la puerta del pasado. Cuan lejos estaba de saber que recorría el camino al futuro, con la hija de lucifer, porque mi tía Camila era otra cuando de nuestro pueblo y hogar se alejaba. Y esa otra, era quien viajaba a mi lado.
    Cuan inocente iba, me consolaba saberme a su lado, imaginar vivir con ella era como un sueño. Perdí a mis padres, pero ellos me habían dejado con quien siempre he admirado. No estaba sola, seria como ella una triunfadora, una mujer fuerte y ella me amara, será como mi madre.
    Con estos pensamientos me dormí hasta que su voz me despertó:
    -Despierta Beth, hemos llegado
    Mi tía siempre me llamaba Beth, decía que era más hermoso que Elizabeth.
    Mire la casa de mi tía y me sorprendí, era hermosa, mas de lo que había imaginado.
    Camine junto a ella, entramos al vestíbulo de la casa y pensé:
    Se fuerte, empiezas una nueva vida. Una nueva vida en el mundo hermoso de tía Camila.
    II
    La tía Camila

    Paso el tiempo y poco a poco mi corazón fue cicatrizando, extrañaba a mis padres, sus risas, su amor y el calor de mi hogar. Tía Camila era poco afectuosa pero muy generosa, me había rodeado de comodidades y conocimientos. Vivía con lujos, buenas y bellas ropas, asistía a un buen colegio, también recibía clases de etiqueta y protocolo, arte e idioma. Poco a poco me convertía en una chica más de sociedad. Mi tía decía que de mi cultura dependería mi triunfo en la vida. Yo la admiraba y ser como ella era mi sueño. Cuan lejos esta de saber que nada era gratis, ella tenía un plan para mi futuro.
    Los primeros tres años que viví con ella jamás vi nada que delatara el tipo de vida de mi tía, pocos amigos la visitaban. Yo pasaba el mayor tiempo sola en la casa.
    Un día, cerca de cumplir los diez y siete años, al llegar de mis clases encontré a mi tía con un amigo, a quien llamaré el Sr. Benoit, este era un hombre de unos cincuenta años, viudo y sin hijos, de estatura baja, barriga prominente, mirada lasciva y piel grasosa. Desde que lo miré me inspiro repulsión y al saludarme sus manos sudaban. Mi tía me informo que era su novio y que pronto viviría con nosotras. No entendía que le podía ver a semejante hombre, luego supe que lo que le veía era su enorme billetera. El esperpento era dueño de varias empresas y uno de los tipos más rico y codiciado en el medio donde se desenvolvía tía Camila.
    Benoit empezó a ir diariamente a nuestro hogar, hasta vivir casi ahí. La vida de mi tía cambio por completo, ya no salía a trabajar y su única obligación era satisfacer los caprichos de “Grasa” como lo llamaba en secreto. Pasado un tiempo empecé a comprender lo que realmente era mi tía, las orgías que hacían, los amigos y amigas que frecuentaban la casa, me abrió los ojos.
    Mi tía se veía feliz, exhibía su hombre como un trofeo, estaba en la cima de su odiosa vida, mientras yo me escondía en mi habitación y odiaba ver llegar las noches.
    “Grasa”, siempre era muy atento conmigo, se desvivía por darme regalos sin motivos, mi tía me obligaba a aceptarlos e insistía que debía tratarlo con mas cariño, pero yo le temía, sus ojos desnudaban y al abrazarme siempre lo hacia de una manera que ofendía.
    Una noche después de una de sus fiestas, borracho entro a mi habitación, yo dormía y desperté al sentir su alcohólico aliento y sus sudadas manos acariciándome, el miedo me paralizaba, rogaba a Dios que se fuera, rogaba y rogaba y Dios no me escuchaba.
    El siguió tocándome, yo sentía que en cualquier momento iba a vomitar, sin poder más grite de terror. Mi tía acudió a mi grito y al verlo en mi habitación pregunto:
    -¿Qué pasa?- vi en su mirada que había adivinado todo.
    El la miro y le dijo: - Parece que Beth ha tenido una pesadilla, pero ya esta más tranquila. ¿Verdad Beth?- dijo volteando a mirarme y vi en sus ojos rabia y a la vez lujuria.
    Me quede callada y me escondí entre mis sabanas. Pensando que hablaría con mi tía al otro día, no podía volver a dormir tranquila. Deseaba irme.
    Nunca olvidare esa noche, jamás me he sentido tan sola y desvalida como ese día, estaba sola, dentro de mi sabia que mi tía no me defendería y tenía la certeza que el volvería, vi el deseo en sus ojos, vi el infierno de su alma; pero ilusamente persistía en engañarme y seguía pensando que mi tía me amaba y me protegería.
    No dormí el resto de la noche, vi salir el sol y con su luz me levante presurosa, deseaba lavar con agua el olor nauseabundo que dejara en mi piel el miserable tipejo, que me había robado la fe y tranquilidad en el hogar que creía tener.
    Lave con rabia mi cuerpo y sentí que el agua purificaba mi piel, purificaba mi alma, pero nada seria ya igual, se había abierto la puerta del infierno y era yo sin saberlo la ofrenda para el Dios dinero que era el novio de mi tía. Ellos habían hablado. El “Grasa”,
    Conociendo la codicia de mi tía, la tentó, le ofreció más riquezas de lo que pudo soñar.
    Nada era mucho con tal de satisfacer su lujuriosa obsesión, mi tía era adicta al lujo, a brillar como la reina, entre las de su clase y no iba a perder su mina de oro, porque en su sórdido y muerto corazón creía que entregarme no dañaba a nadie, al contrario, me abría las puertas a su mundo y después de todo había invertido tiempo, dinero en prepararme para ser la mejor después de ella, así aseguraba su futuro, su vejez.
    Sabia, porque no era tonta, que su belleza pasaría y le aterrorizaba la pobreza, el olvido.
    Todo quedo claro, “Grasa” pagaría mi inocencia, seria el iniciador de mi calvario y a cambio mi tía recibiría el dinero y poder que siempre soñó, seria la esposa del Demonio, de “Grasa”, y su única heredera, yo seria su juguete, su mas baja lujuria.

    Salí dispuesta a hablar con mi tía, sin saber que a partir de unos días yo viviría el más terrible infierno, la encontré en la terraza, como si también me esperase.
    -Acércate Beth, tenemos que hablar. ¡Ven!, siéntate a mi lado. Me dijo, señalándome una silla a su lado.
    -Tía, te buscaba, necesito también hablarte.-Dije sentándome donde me indico, estaba asustada, pero mas miedo me daba callar y volver a sentir las repulsivas manos y aliento del “Grasa”.
    -Antes de que hables Beth, quiero que me oigas y luego podrás hablar.
    Me miro con ternura y sentí en esos momentos que no estaba sola, tenía a mi tía.
    La mire y ella empezó a hablar, ¡cuánto la quería!, era para mi como la madre que había perdido.


    III -Beth, antes de hablar de lo sucedido anoche, quiero contarte la historia de mi vida, se que eres inteligente y ya sabes cual es mi verdadera profesión, aunque mantuve esa vida alejada de ti en estos años. Soy una “Dama de Compañía”, muchos nos llaman prostitutas, pero realmente diferimos mucho de ellas.-
    Yo baje los ojos para que no leyera en ellos la vergüenza y asco que sentía con sus palabras, realmente trate de no pensar en ella como una prostituta, prefería creerla una mujer que vivía de su amante adinerado.
    -Llegar donde estoy, vivir con lujos, alternar con la alta sociedad, no ha sido fácil, ni mucho menos elegir este medio para hacerlo. Pero quiero que entiendas que aunque nos llamen putas, rameras, prostituta, no lo somos. Trabajo para una compañía que brinda el servicio de mujeres cultas, elegantes como damas de compañías, nuestro contrato estipula que podemos hacer el papel de acompañantes, secretarias, anfitrionas, lo que el cliente desee, pero no nos obliga a dar placer sexual. No te negare que muchas si lo hacen y reciben regalos a cambio de esto, pero eso es asunto de ellas.
    Yo soy, hoy por hoy, la mejor cotizada, podríamos decir “La Reina”, eso desde luego posee ventajas, puedo aceptar o rechazar contratos, recibo mayores beneficios de la compañía y los mejores clientes son míos. Ya estoy envejeciendo, dentro de pocos años no seré tan deseada ni buscada, otra tomara mi lugar, por eso acepte a Benoit como mi pareja fija y hace pocos días todos mis sueños se hicieron realidad, Benoit me pidió matrimonio. Si, no me mires así, ya sé lo de anoche, estaba borracho y tu eres muy hermosa. Yo soy la única culpable, debí darme cuenta que ya eres toda una hermosa mujer, pero gracias a Dios, llegue a tiempo, solo recibiste un susto.
    Beth, sabes que te amo como la hija que nunca tuve, pero quiero a Benoit, deseo casarme y poder caminar con la frente en alto, ser aceptadas por esos que hoy me miran con desprecio y lo mas importante, proveerme para mi vejez.
    Por todo esto he tomado una decisión, por tu bien y el mío.
    Ya hable, con May, ¿la recuerdas?, te recibirá en su casa, sabes que May vive en Londres, es viuda y vive sola. Lo que no sabes es que era como yo, pero también como yo encontró un buen hombre, mejor digo un hombre rico, se caso y hoy es una viuda muy rica y respetada.
    Yo podré casarme, tú podrás seguir tus estudios y te visitaré a menudo, todo será distinto después que nos casemos, Benoit me juro anoche que jamás volverá a molestarte, pero yo prefiero tenerte lejos por un tiempo. Luego ya veremos.-
    Abrazándome, con lagrimas en los ojos termino diciendo -¿Me comprendes Beth?, te quiero tanto, pero tengo tanto miedo a la soledad, a no tener nunca un verdadero hogar, a llegar vieja y pobre, ¡No lo resistiría!
    -No llores tía, te entiendo y haré todo lo que digas, eres como mi madre.
    -Gracias mi amor, veras que todo será distinto, Benoit no es malo, aprenderá a verte como una hija. Bueno, ahora llamaré de nuevo a May y prepararé todo para llevarte este fin de semana. Ve recogiendo lo que desees llevar. Tenemos pocos días y mucho por hacer.-
    Dándome un beso se paro y fue a llamar a su amiga, yo aún estaba como en trance, alejarme de allí me parecía una idea maravillosa, pero a la vez era como aquel día cuando sin mirar atrás deje mí pueblo, era como si mi destino fuese cerrara puertas para seguir avanzando. Subí a mi habitación mientras mi tía hablaba con May.

    -May llegamos el sábado.
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    -Si, como ya te explique.
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    -Bien, ultimamos todo cuando llegue, un beso querida.
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    Elegir que llevar y que dejar me ocupo los días siguientes.

    El sábado como lo había planeado tomamos el avión para Londres, no mire atrás, no sentí lastima, era fuerte como mi tía me había enseñado.
    Llegamos en el horario establecido y allí esta May esperándonos.
    - ¡Camy!, ¿Beth?, pero que hermosa y grande estas.
    - ¡Tía May!- me alegro verla, siempre había sido de las amigas de mi tía mi preferida.
    -Jajaja, que gusto verte Beth, May, siempre hermosas- saludo a mi y mi tía dándonos un fuerte abrazo.
    - Bueno chicas el auto espera.
    May era una hermosa mujer, como de la edad de mi tía, alta, rubia, elegante y culta, según supe tiempo después, fue muy cotizada y quien inicio a mi tía en el mundo de las “Dama de Compañía”, eran muy buenas amigas, creo sin temor a equivocarme, la única amiga verdadera que tenía. Entre ellas existía una fuerte semejanza de ideales y temperamentos y se complementaban de maravilla.
    -May, ¿esta todo listo?
    -Si, como me pediste arregle todo.
    Beth, espero que disfrutes tu estadía conmigo, creo que serás feliz, tu tía me dijo que te gustaba mucho leer. Yo ayudo a los jóvenes y dos veces por semana se reúne un grupo en casa, tenemos un club literario.
    _ ¿De veras? Tía May. Me encantara participar y gracias por recibirme
    -De nada mi amor, es un placer, sabes que vivo muy sola y tenerte alegrara mis días.
    Bueno ya llegamos. ¡Bienvenida a tu nuevo hogar!
    La casa de May era hermosa, un pequeño palacete, con un jardín frontal hermoso, lleno de flores de mil colores y arbustos muy artísticamente podados. Al entrar me maravillo el buen gusto de su decoración, era sobria con toques modernos, de enorme ventanales, el color predominante era el blanco, con muebles en caoba y exquisitos adornos. Lo que mas me gusto fue el salón o biblioteca, ¡Cuantos interesantes y hermosos libros! May después me explico que su esposo fue un hombre culto, amante de la lectura y junto a el compartió el placer por la adquisición de viejos y valiosos libros, y la compra de pinturas y objetos de artesanía del medio Oriente.
    Desde el inicio me sentí en un paraíso y ella me recibió como una sobrina, ¡tenia de nuevo un hogar!
    Al dejarme en la que seria mi habitación, hermosa, juvenil y de buen gusto, mis tías bajaron a beber un te y decidí dejarlas solas, hacia un año que no se veía y tendría mucho de que hablar.

    -Camy, cuanto tiempo sin vernos, te extrañaba amiga, aunque tengo un grupo de estiradas y rancias amigas, nunca he podido olvidar nuestra amistad, contigo no tengo que fingir, extraño la vida nocturna, las reuniones, las…
    -¡Por Dios May!, Jajaja, es que nunca cambiaras.
    _Jajaja, ¿Pero que te has creído?, soy débil y sabes cuanto me divertía esa vida.
    Pero me gusta mucho el dinero, los lujos, la nobleza y si, no te lo negare, verme tratada con respeto, que deseen pertenecer a mi circulo social y yo reírme por dentro, ¿te imaginas el escándalo, las frígidas “Damas de alcurnia” enterarse que aceptaron una prostituta en su selecto circulo? Es una dulce venganza y la disfruto.
    -May, ¿aún resentida?, pensé que lo habías superado.
    _ ¿Superarlo?, ¡Nunca!, no olvido los desprecios que sufrí, no olvido que tuve que irme de mi país, mi mundo por mujeres como esas.
    _May, olvídalo. Eres rica, te mueves en un mundo que ninguna de aquellas mujeres podrían. Además, él fue peor, dejo que su esposa te hundiera. May, amor, tanto que te pedí que no le creyeras, era un hombre casado, no con la esposa si no con su fortuna.
    -Lo se amiga, pero fue mi gran amor, ni aun con su muerte he podido arrancármelo.
    James, mi esposo, fue maravilloso conmigo, aun sabiendo mi pasado me amo, por eso mientras vivió jamás lo traicione, a mi modo lo quise. Soy hoy lo que el hizo de mi, pero volví a mis raíces, tengo una agencia de “Dama de Compañía” aquí, nadie sospecha, pero cada chica que preparo lo hago con mis experiencias y no sabes como disfruto ver como alejan los mariditos de las Señoronas. Jajaja.
    -Jajaja, ¡Eres terrible!, pero ahora explícame, ¿como haces para evitar que descubran que eres la dueña?
    -Fácil, corren tiempos modernos, poseo un gerente, el da la cara. Pero dejemos mi vida a un lado, ahora explícame lo de tu sobrina y tu trato con Benoit.


    Recorrí toda la mansión, era más hermosa que lo que creí en un principio, hasta poseía una piscina bajo techo. Entre y cuanta no fue mi sorpresa, allí estaba el hombre mas hermoso que viera jamás, estaba recostado en un sillón, al sentirme abrió los ojos, ¡Que ojos!, me miro y sentí mil mariposas bailando dentro de mi.
    -¡Hola!, ¿Quién eres?, ¿Estaré soñando?, ¿Un Hada?, ¿Una princesa?- me pregunto en perfecto ingles.
    -¡Hola! – Respondí nerviosa – Soy la sobrina de May.
    -Cierto, May me había contado que llegabas, hoy.- parándose se acerco, pude apreciar mas de cerca su rostro, parecía un dios griego.
    - ¡Bienvenida!, soy Peter, sobrino político de May.
    -¡Gracias!, Soy Beth…Elizabeth- Dije sonrojándome, pues me pareció que vio mi admiración por él.
    -Bueno Beth, no seas tímida, ambos somos de la familia y nos veremos muy a menudo.
    _ ¿Vives aquí?
    -Jajaja, lo parece, ¿verdad? No, vengo muy a menudo, adoro nadar y no tengo piscina bajo techo. May es muy buena conmigo, si por ella fuese viviría aquí. Pero debo atender el negocio de la familia y esta casa queda muy lejos del centro. Pero creo que ahora vendré mas a menudo, tengo dos buenas razones. Me alegra tenerte con nosotros, Beth, ¿Puedo llamarte así?, otro día espero conocernos mejor, ahora debo atender un negocio- sonrió con picardía y me dio un beso en la mejilla.
    -¡Gracias!, si puedes decirme Beth. Hasta pronto-dije muy nerviosa, ya que su beso fue como si me quemara.
    Se alejo hacia la casa despidiéndose con una picara sonrisa, sentí que se fuera deseaba saber mas de él.


    -Perfecto May, entonces todo queda en tus manos. Mañana a primera hora parte mi vuelo, volveré en seis meses, espero que todo marche bien.
    -Confía en mi, ¿cuándo te he fallado?
    -¡Nunca!, gracias May, este matrimonio es importante para mí.
    -Lo se amiga, vaya si lo se…

    - ¡Hola Beth!, ¿todo esta a tu gusto?
    -¡Gracias Tía May! Es hermoso todo, la casa, los jardines, la biblioteca. Por cierto tía conocí a tu sobrino.
    -¿Mi sobrino?, ¡Ah, Peter!, si un gran chico, el hijo de la hermana de James, mi difunto esposo.
    ¿Y dónde esta ese bribón, que no ha venido a saludarme?
    - Lo vi en la piscina, creo que ya se fue, dijo que tenía un negocio pendiente.
    -Así es Peter, mi esposo lo adoraba, el entra y sale y a veces ni cuenta me doy. Un buen muchacho, muy trabajador y responsable, maneja los negocios de la familia.
    Bueno chicas vamos a comer, tengo mucha hambre y ustedes me imagino estarán cansadas y hambrientas.

    Al otro día muy temprano la tía Camila se fue, May dedico el día para enseñarme los alrededores.
    Los meses siguientes, fueron maravillosos, las tardes literarias, las horas descubriendo los tesoros de libros de May, las conversaciones con Peter y las salidas con May a las elegantes boutique, ya que decía que mi ropa no me favorecía, me enseño a maquillarme, los colores adecuados según el color de mi piel, fuimos al salón de belleza, en fin, hizo un cambio muy favorecedor de mi.
    Cada vez que veía a Peter notaba en su mirada que los cambios me favorecían, hablábamos mucho y cada día me gustaba más, estaba loca por él y aunque veía que le gustaba, no entendía porque no lo decía.
    Una tarde estando jugando en la piscina, nadábamos por debajo del agua, no se que paso, nos quedamos mirándonos, era como si fuéramos imanes, algo muy poderoso nos unió.
    La pasión nos dominaba, sentir sus besos, sus caricias, ¡era la locura!, su boca me hacia sentir un deseo de entrega, sus manos suaves recorrían mi cuerpo y este se entregaba voluptuosamente a ese deseo, el deseo de conocer ese placer único.
    Su boca bajo por mi cuello y yo deseaba más y más. Sin poder contenerme susurre
    -¡Si, sí¡...Dios, cuanto te quiero!
    Salimos de la piscina y él se desvistió y con delicadeza hizo lo mismo conmigo.
    Me miro largamente, recorrió mi cuerpo y me beso, sentí que el mundo se movía, poco a poco su boca fue deslizando, mientras sus manos me acariciaba, el placer recorría mi cuerpo, su boca se adueño de mis senos y sentí como me humedecía, mi cuerpo se agitaba, se abría, esperando culminar mis ansias, esperando ser poseída. Siguió bajando y miles estrellas cubrieron mis ojos, el éxtasis del deseo, del placer me cubría, se adueño de mí con su boca y mi cuerpo respondió acoplándose, ya nada importaba solo sentirlo mi dueño. Gemía y bailaba al compás de su boca, al frenesí de su lengua. Fue hermoso, sublime... desee más aún y abrí mis piernas esperándolo, deseándolo. En ese momento me pregunto:
    -¿Eres virgen?
    -Si- respondí
    Y para mi sorpresa se detuvo al instante.
    -Lo siento, no estoy con vírgenes, no lo soporto.-
    No podía creer lo que oía, no entendía, siempre creí que mi entrega seria por amor y a él lo amaba, con ese amor que todo perdona, que todo entrega.
    -No entiendo, ¿Por qué, me rechazas? Creo en el amor y te amo, te deseo, te doy lo mejor de mí.
    - Me gustas mucho, te amo y podría llegar amarte más, ¿pero una virgen?, lo siento, no me gustan.-
    Yo lo miraba incrédula, sentía que un frió me paralizaba.
    -Beth, lo siento de veras, es algo superior a mi, si me amas resolverás eso.-
    Y mirándome con tristeza, se puso su traje de baño y se marcho.
    Sentía morirme, sentía que nada tenia sentido. Temblaba aún de deseo y sentí miedo. Miedo a perderlo...Qué hacer, pensaba.


    May estaba en la sala, con un trago en la mano y la mirada inquieta.
    Peter entro, May lo miro interrogadora.
    -¡Esta hecho!- dijo él, dejándose caer en el sillón.
    - ¿No terminaste verdad?
    -No, hice lo que pediste. Dame un trago.
    May le pasa el trago y aun preocupada le pregunta
    -¿Qué te pasa?, No me digas que tienes escrúpulos, ¿Tú?, Si jamás te has molestado en lo que siente o sufre una mujer. Solo te interesa el dinero.
    -Jajaja, ¿Pasarme? ¡Nada!
    -Peter te conozco, yo te enseñe todo lo que sabes y se que esta vez no es igual.
    -May, Jefa, creo que ya estas un poco vieja, Jajaja, es broma. No me pasa nada, bueno terminé el trabajo, ahora es tu turno. Págame que tengo una cita con una vieja, pero muy rica.
    -¿Vieja?, jajá jajá, si no fueses mi preferido te cancelaría hoy mismo, pero me haces ganar mucho y eres el mejor. Aquí tienes y ya sabe no vuelvas por aquí, estas de viaje.-
    Peter tomo el dinero sonriendo y dándole un beso a May cerró la puerta. Al cerrarla murió su sonrisa y triste susurro: -¡Beth!
    IV
    El infierno

    Pasaron los días y no tuve noticias de Peter, no respondía su celular y May me dijo que estaba de viaje. Sentía que me sumía en un infierno, un infierno porque no soportaba su ausencia y la incertidumbre de perderlo me enloquecía.
    Después de tres semanas, no podía disimular mi infinita tristeza, me había enamorado por vez primera y el amor me había herido.
    Una tarde sentada en el jardín, perdidos los pensamientos en la soledad y desesperación, May se acerco a mí y me pregunto:
    - Beth, ¿Qué te pasa?, te he dado tiempo para que me confíes que te pasa, porque se que sufres.
    En ese momento me quebré, tanto dolor contenido y oculto emergió y estalle en llanto.
    -Mi niña, ¿Qué es lo que te pasa?- me dijo abrazándome.
    - ¡Ay!, May, me he enamorado de Peter, pero el no me quiere.- dije entre sollozos.
    -Sabia que algo así era el problema. ¿Por qué dices que no te quiere?, ¿El te lo dijo?
    Desgarrada por el dolor le confié todo y termine preguntándole:
    -May ¿qué hago?, ¿cómo resuelvo este problema?
    -No se, Peter es un buen hombre, pero siempre estuvo con mujeres muy vividas, nunca le he conocido una chica como tu.
    -¿Es tan grande tu amor?, ¿Estas dispuesta a todo por él?
    -Lo adoro May, estoy dispuesta a todo con tal de no perderlo.
    -Pues entonces nada mas fácil, se una mujer como a el le gustan. Aprende el arte de la seducción, se toda una mujer y olvídate de la idea de virginidad.
    -¿Cómo May, cómo hacerlo, acostándome con el primero que pase?
    -No Niña. Jajaja, aprendiendo trucos, ningún hombre si es bien seducido podrá detenerse a pensar si eres o no virgen. Debes llevarlo a desearte como un loco y ya veras si tengo o no razón.
    -Entiendo y ¿Cómo aprendo eso?
    -Mira aquí tengo una buena amiga, es dueña de una agencia como en la que tu tía trabajaba, no debes temer, solo iras para aprender y nadie lo sabrá.
    -May no te ofendas pero me da miedo.
    -¿Miedo a qué? Nada te sucederá. ¿Quieres o no retener a Peter?
    - Si, No soportaría perderlo. Se que me ama, pero me teme.
    - Pues deja de llorar, mañana iremos a la agencia, para el mundo es una agencia de modelos, nadie sabe que encubierta hay una agencia de “Dama de Compañía”. Mi amiga me debe muchos favores, nos ayudara.
    -Ahora levanta ese ánimo y descansa, aprenderás a ser mujer, ya veremos a Peter loco a tus pies.
    -¡Gracias May, Gracias!
    -De nada, mi amor, para eso somos las tías.
    Aunque me repugnaba la idea de acudir a ese centro, acepte porque no iba como una empleada, iba solo a aprender. Tenia que conquistar a Peter, no podía perderlo.


    -Hola Margaret, gracias por recibirnos, esta es Beth, mi sobrina, ya te explique por teléfono. ¿Crees que podrías ayudarla?
    -May, Beth encantada de conocerte. Claro amiga, Pasa. Ya tengo todo listo.-marco el intercom y dijo: - Jenny, avísale a la profesora Aileen, que pase por el despacho.
    -Siéntanse, Aileen vendrá enseguida, es nuestra mejor empleada, como aquí decimos nuestra mejor arma, en manos de ella podrás aprender todo lo que necesitas.
    -Gracias Margaret, seré muy agradecida con ella.
    -Olvida eso May, te debemos mucho, será un gusto poder ayudarte.
    Entro una mujer muy elegante, hermosa, de esas mujeres que no pueden pasar por desapercibidas.
    -¿Me llamabas Madre?
    -Entra Aileen, aquí esta la sobrina de May, ya te hable de ella, la dejo en tus manos.
    -Hola May, que gusto verla, ¿es esta su sobrina?- dijo mirándome analizadoramente.
    -Mmmm, muy buen material, es un diamantito, sin pulir claro. Ven mi amor, acompáñame.
    -Beth, estas en buenas manos, sigue sus consejos y ejemplos. Volveré en unas semanas a buscarte.
    -¿Te vas tía?, ¿Me quedo aquí?- le pregunte inquieta y sorprendida.
    -Es necesario, Beth, no temas aquí estarás segura y tendrás de esa forma mas tiempo para aprender. ¿No es lo que querías?
    Esas semanas, aprendí el arte de seducir, me enseñaron desde como hablar, caminar, mover el cuerpo, técnicas amatorias y según ellas lo que a los hombres les gusta.
    Me sentía inquieta, a veces hasta deseaba terminar con todo, pero el recuerdo de Peter hacia que continuara. Las chicas eran muy simpáticas, unas trabajaban solo como el contrato decía (No tenían sexo con sus clientes), otras eran realmente unas putas caras.
    Aileen, mi maestra era la mejor, “La Reina”, y tenia un amor secreto, según se rumoraba un hombre muy poderoso y de la realeza, ella solo veía a este cliente, el exigió que su contrato fuese exclusivo, ella pronto saldría de allí y viviría en un apartamento que el le compraría, las demás chicas se disputaban el lugar que ella dejaría vacante, la tensión se sentía en el ambiente, ser “La Reina” les daba cierta libertad y podían elegir sus contratos y recibían todos los beneficios dentro de La Agencia.
    Aunque todas me trataban con consideración, sentía que les molestaba mi presencia, era una intrusa. En esa semana allí, conocí las miserias de aquellas chicas, muchas estaban allí porque nada mas sabían hacer, otras por los placeres y el dinero y muy pocas porque pensaron que allí tendrían un hogar seguro y familia, esas no permitía sexo en sus contratos y hasta tenían novios. La agencia tenía una cláusula al aceptar, una joven, debían retribuir los gastos de su preparación, esto estipulaba cinco años en el cual debían trabajar, si se iban antes eran demandadas. Otra de sus cláusulas estipulaba que una conducta inadecuada, tales como: escándalos, alcoholismo, maternidad y drogadicción les costaría la expulsión de La Agencia.
    También descubrí que existían contratos de hombres, estos vivían en otra mansión y se desenvolvían como ellas. Eran Gigoloes. Vividores de las mujeres. Los preparaban igual, eran expertos seductores, buenos acompañantes, cultos, grandes bailarines, agradables y muy atractivos. Como ellas tenían su “Rey”.
    Era un mundo difícil, con sus secretos, la vida de alguna de esas chicas era triste, aun rodeadas de lujos, no eran libres y la soledad las consumían. Era un pequeño infierno terrenal.

    Después de esas semanas volví a la casa de May, ella planeo mi encuentro con Peter, estaba nerviosa pero ansiaba verlo y jugarme el todo por el todo.
    Como se había planeado lo espere en el salón, May salio dejándome sola, Peter venia al encuentro de May sin saber que era yo quien estaría.
    -May, ¿Estas?- dijo entrando al salón.
    -Hola Peter, entra.- dije aparentando una tranquilidad y seguridad que no existía.
    -¡Tú! Dijo mirándome como si desease ver a través de mí.
    -Si, Yo. Dijiste que podía llamarte cuando resolvieras el problema.
    -¿Qué has hecho, Beth, que has hecho?
    - Lo que me pediste.
    Con furia en los ojos, me zarandeo, repitiendo-¿Qué has hecho, Beth, que has hecho?
    -Lo que me exigiste para amarme.
    -¡Estas loca, tienes que estarlo!
    -Soy una mujer, ¿no era eso lo que querías?
    -¡No! – me miro con una inmensa tristeza y se sirvió un trago, mientras yo me acercaba con seducción, utilizaba todo lo que me habían enseñado.
    -¡Basta Beth, Basta! No sigas, pareces una puta barata.- estas palabras me hirieron y lo mire, no lo entendía.
    -Ven, siéntate, se que esto me costara mi futuro, pero no puedo callar y seguir esta falsa. No tengo el valor. Me enamore de ti Beth, no dejaré que te hagan daño. -
    No entendía nada, él poco a poco, fue narrándome los planes de mi tía, lo que el era, lo que debía lograr que yo hiciera, cada palabra era como si me apuñalasen, mi tía me vendía por una boda y una fortuna, May la ayudaba y Peter era solo un Gigoló, al servicio de May. Lo mire con asco y solo dije:
    -¡Calla!, es bastante con lo que me has contado. No temas no te haré daño, ni perderás tu empleo. Pero si es cierto que me amas vas ayudarme, aun no se como, Mañana te veré, seguirás fingiendo que los planes van bien, Ahora vete, necesito pensar-.
    Subí a mi habitación y llore tanto que ya no sentía dolor, solo un vació enorme, todos iban a pagarme este dolor, conocerían mi venganza. Sufrirían donde mas les dolería.


    -Buenos días mi niña, ¿Cómo te fue con Peter anoche?
    -Bien tía- dije sentándome a desayunar, debía fingir felicidad- Creo que lo convencí, saldremos hoy.
    -Jajaja, la pequeña mosquita atrapa a su primera presa. Te deseo éxitos, después me cuentas. Bueno nos vemos mas tarde debo hacer varias diligencias- se despidió tirándome un beso-
    Cuanto odio sentí, en ese momento ya sabía como seria mi venganza.
    Llame a Peter y le explique en que consistía su ayuda, nos veríamos esa noche y los demás días, para que nadie sospechase. Ellas me habían destruido yo lo haría también.
    Hice varias llamadas más, mi venganza empezaba.


    Un hombre llega al aeropuerto de Londres, una mujer lo espera en un automóvil, recorren la autopista hacia el destino, se detienen en una oficina de abogados.
    Como la diosa egipcia de la venganza, Némesis, la dama al salir sonríe, ha iniciado su venganza.
    Varias horas después el caballero se despide, la dama le ofrece sus labios, el parte feliz y a ella, un sollozo se le escapa. Lo limpia con rabia, eleva la mirada y hay en sus ojos una dureza que hiela al mirarlos.
    Lo espera recostada en un sillón de la piscina, Peter la mira de lejos, se acerca esperando aun reconocer aquella a quien ama, ella levanta los ojos, el siente un frió en el alma; silencioso le entrega unos papeles, ella los lee, lo mira y el odio, asoma.
    -Gracias, Peter, espero que me avises donde te hospedaras. Has cumplido, yo cumpliré mi parte.
    -Adiós Beth, nunca podré olvidarte.
    - ¡Adiós, Lo harás!


    -¿Qué dices?, ¿pero cómo paso eso?, Cálmate May, llego en el próximo vuelo.
    -----------------------------------------------------------
    -Si, te entiendo. Hasta Pronto.

    Camila se queda observando el teléfono, no comprende que sucede, es increíble.
    Benoit, podrá ayudarme, piensa. Se viste apresurada y sale. Lleva mucha prisa.


    Benoit recibe la llamada, sonríe satisfecho, como hombre de negocio, siente que ha cerrado el mejor trato de su vida.
    -Benoit, perdona que entre así, necesito hablarte.
    -Hola Camila, ¿Qué pasa?
    -Necesito tu ayuda, ¡es urgente hacer algo!
    -Cálmate, vamos por parte, ¿qué sucede y en que puedo ayudarte?
    - Mi amiga May, te he hablado de ella. La han descubierto, todos la repudian, ya saben lo que era y que es dueña de una agencia de “Dama de Compañía”, esta desesperada, la han demandado, por tener un prostíbulo. ¡Es un escándalo!
    -¿Y en qué o cómo puedo ayudarte?
    -Necesito dinero, debo salvarla de ir a la cárcel.
    -Lo siento Camila, no puedo darte nada. No tengo.
    -¿Cómo que no tienes?, si eres riquísimo.
    - ¿Yo?, no, mi esposa lo es.
    -¿Tu esposa? ¿Qué broma es esta?, Tú no tienes esposa.- lo mira espantada y sin poderse contener le grita:- ¿Es que me has engañado, todo era una mentira?
    ¡Maldito Perro!, Me ofreciste matrimonio. Hicimos un pacto.
    -Lo siento Camila. Me he casado hacen cinco días.
    -¡Qué! ¡Te has burlado de mí!, Pero eso no se queda así, veremos que dice tu esposa al conocerme, ¡le contare todo!
    -¿Eso deseas?- acercándose le habla a su secretaria.
    -Siéntate Camila, en unos momentos veras a mi esposa.
    Camila no puede creer lo que escucha, se siente perdida, tanto tiempo malgastado con este cerdo, sus sueños destruidos, ¿Qué haré ahora?, piensa.
    La puerta se abre, Camila se voltea dispuesta a destruir al cerdo, a contarle a la esposa quien es.
    -Hola Camila, ¿deseabas hablar conmigo?
    Camila la mira, no puede creer lo que ve.
    -¡Beth! ¡Tú!
    -Si, yo, la esposa de Benoit, ¿en que puedo ayudarte?
    -¿Pero cuándo, cómo?
    -¿Cuándo? Cuando me entere de tus planes, cuando supe que tu mi propia familia me vendías, me utilizabas. ¿Cómo? Muy simple, llamé a Benoit y le ofrecí una mejor opción: Yo en vez de una puta.
    Yo, alguien que aunque no lo ama, lo respetara. Yo, alguien que por destruirte soy capaz de todo. Benoit es un hombre bueno, me dio su apellido, su hogar y todas sus riquezas, yo cuidare todo esto, trabajo con el y sabré agradecer su ayuda.
    - Me dices puta y tu ¿qué eres? Te has vendido, eres como yo.
    -Quizás, soy como tú, pero puta, ¡nunca!, yo solo he hecho un matrimonio basado en la verdad, no engaño y él sabe que mientras viva lo respetare. Vete Camila, ¡Vete!
    Ah, y no intentes molestarnos de nuevo, porque entonces te arrojare como lo que eres.
    Y a tu amiga la he hundido yo. No podrás ayudarla.
    Camila mira a Beth y ve en sus ojos un frió odio, sabe que ha perdido, sale dando un portazo. Levanta la cabeza y camina al ascensor, ha perdido todo. Le recorre un frió y abrazando su abrigo sale a la calle, camina vencida, la acompaña la soledad.


    No sé, el afán de odio me ha hundido, me siento sola, culpable. Use los mismos trucos de mi tía, Seduje a Benoit, tengo todo cuanto el dinero puede darme, pero cada vez que me toca siento que muero, de asco y de vergüenza.
    Ahora sabes mi historia, ahora comprendes mi gran culpa, mi tía lo dijo al final, soy como ella, me vendí, no importa si esa venta es con mi esposo, no lo amo, le doy placer porque me compro. Tenemos un contrato.
    He vaciado aquí mis miserias, ahora entiendes porque he de sufrir, he de pagar.
    Trabajo en la empresa de Benoit, soy su mujer y soy inmensamente infeliz. Tengo todo por lo cual me vendí.

    Siente la llegada del esposo, Benoit, suspira resignada. Cierra el diario, lo tira al fuego, no mira atrás, levanta su frente y cierra la puerta.
    Su destino era cerrar puertas para avanzar.


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